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Una argelina recibe la mayor pena a una mujer en Francia por asesinar a una niña

MV NOTICIAS, PARÍS. – La Justicia francesa impuso este viernes por primera vez a una mujer la pena más dura del Código Penal, cadena perpetua con un periodo mínimo de encarcelamiento de 30 años, a una argelina sin papeles, por haber violado y asesinado el 14 de octubre de 2022 en París a una niña de 12 años, Lola.

Dahbia Benkired, que tiene ahora 27 años y que en el momento de los hechos era objeto de una orden de expulsión de Francia porque estaba en situación irregular, fue considerada culpable de los delitos de «asesinato de una menor de 15 años» y «violación de una menor con tortura o actos de barbarie», por el Tribunal de lo Criminal de París.

La pena de «cadena perpetua incompresible» que se le ha impuesto, que coincide con la que había solicitado la Fiscalía, implica que estará entre rejas al menos durante 30 años y que sólo al cabo de ese tiempo podrá solicitar cualquier tipo de beneficio penitenciario, que tendría que autorizar un tribunal después de un examen psiquiátrico por tres médicos que certificara que no presenta ningún peligro.

Los tribunales franceses únicamente la han aplicado en cuatro casos para el delito de asesinato de un niño acompañado de violación o torturas y en los cuatro eran hombres.

En su requisitoria, el fiscal había hecho hincapié en la «eterno sufrimiento» que Benkired había infligido a Lola y detalló los 97 minutos de «suplicios» durante los que «se retiró meticulosamente a Lola su infancia, su feminidad y su humanidad».

«Acto de barbarie»

«Es la definición misma de la tortura, de un acto de barbarie», señaló el representante del Ministerio Público.

Benkired, que confesó el crimen ya en la fase de instrucción del caso, le envolvió a la niña la cara con cinta aislante antes de apuñalarla y de colocarla en una maleta en la que la transportó durante varias horas antes de abandonarla junto al mismo edificio en el que vivía la familia de la víctima, donde sus padres eran porteros.

Una de las incógnitas que han estado planeando en este juicio que comenzó el pasado día 17 era el móvil, ya que la asesina no conocía a Lola.

Una posible respuesta llegó con su confrontación con el que había sido su pareja, Mustapha M., que hizo aflorar la idea de una venganza sentimental contra él de la que la niña sirvió trágicamente de víctima colateral.

Durante su detención provisional, la acusada había dado explicaciones que podían dar a entender que pretendía pasar por una trastornada mental, ya que contó que vio en Lola «un fantasma» y que le había cubierto de cinta aislante por «miedo» de un «diablo en persona».

Pese a esas explicaciones y algunas alusiones a la religión en relación con sus actos, los expertos que la examinaron durante la instrucción descartaron que sufriera enfermedades psiquiátricas que anularan su responsabilidad penal, como reiteraron en la audiencia.

Cuando se conocieron los detalles escabrosos del crimen, generó una gran conmoción en Francia y dio lugar a una politización del caso, en particular por parte de la extrema derecha, que aprovechó para cargar contra el Gobierno por el estatuto de la asesina, extranjera sin papeles y con una orden de expulsión sin ejecutar.

Benkired, que fue víctima de abusos sexuales en su infancia, había llegado a Francia en 2016 con un visado de estudiante pero desde entonces su vida había tenido múltiples altibajos, sobre todo tras la muerte en 2020 de su madre.

Comenzó un recorrido errático, sin papeles en regla, sin un domicilio fijo, con empleos eventuales de camarera o de dependienta de panadería y gran consumidora de cannabis.