MV NoticiasPor Anner Victoriano
La reunión sostenida entre el presidente Luis Abinader y los expresidentes Leonel Fernández, Danilo Medina e Hipólito Mejía en el Ministerio de Defensa fue, sin duda, un gesto inusual en la política dominicana. El tema: la creciente crisis en Haití y sus repercusiones sobre la seguridad y la soberanía nacional.
Convocar a antiguos mandatarios para dialogar sobre un problema común es, en principio, una señal de madurez institucional. Pero cuidado: la historia dominicana está llena de gestos simbólicos que se esfuman sin consecuencias concretas. La ciudadanía ya no se conforma con fotos solemnes. Exige planes.
¿Fue esta una reunión para construir una política de Estado o simplemente una estrategia para reforzar el discurso de firmeza frente al caos haitiano? El gobierno ha endurecido las medidas migratorias, ha militarizado la frontera y ha reiterado el llamado a una intervención internacional. ¿Pero hay algo más?
La crisis en Haití no se resuelve solo con controles ni con expulsiones. Tampoco con discursos. Se requiere una visión integral: seguridad sí, pero también cooperación, diplomacia y respeto a los derechos humanos. La República Dominicana necesita una política fronteriza firme, pero también humana y legalmente sólida.
La unidad nacional no debe ser una escenografía, sino un compromiso. Esta reunión puede ser el inicio de un pacto nacional sobre Haití. Pero si no trasciende el acto simbólico, habrá sido solo una buena fotografía… y una oportunidad perdida.
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